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Crítica de ‘Predator: Prey’: Una nueva heroína revitaliza la saga

Con una ejecución exquisita y un guion en el que todo se desarrolla a la perfección, esta película logra mostrar la esencia de la caza. Disponible en My Family Cinema, acá te presentamos nuestra reseña de “Depredador: La Presa”.

En 1987, llegó a las salas de cine “Depredador”, una película que, si bien al principio recibió críticas mixtas, con el paso del tiempo se convirtió en un clásico del género de acción. Desde entonces, se creó una saga con algunas historias poco convincentes, hasta que en este 2022 el director Dan Trachtenberg optó por una estrategia diferente a lo ya visto para presentarnos “Depredador: La Presa”.

Probablemente, esta franquicia esté más ligada a la ciencia ficción que a la acción, pues sus personajes principales son una raza de extraterrestres armados con tecnología sofisticada. En su primera entrega, Arnold Schwarzenegger fue el único del grupo de fuerzas especiales en sobrevivir y vencer a este antagonista novedoso que se caracterizaba por acechar a sus presas tal cual como un depredador. ¿Qué hizo Hollywood ante este éxito que casi recaudó $1 billón en taquilla? Iniciar su propio universo.

Así fue como en 1990 llegó “Depredador 2”, que pasaba de la selva a la ciudad. Luego vino “Depredadores” (2010), ambientada en un planeta desconocido y con distintos mercenarios de la Tierra que eran cazados por estas criaturas. “El Depredador” (2018) traía una historia moderna pero poco atractiva. Finalmente, dos crossovers en forma de secuela: “Alien vs. Depredador” (2004) y “Alien vs. Depredador: Requiem” (2007). Sin embargo, ninguna de estas logró acercarse a la primera cinta en ningún sentido. La saga, al contrario, se devaluó.

Los primeros pasos de “Depredador: La Presa” se dieron casi a la par con la película de 2018. Fue el propio Trachtenberg quien le presentó su concepto a ese mismo equipo de productores. Así fue como años más tarde, la historia de una joven guerrera comanche, que se crió bajo la sombra de grandes cazadores de su tribu, comienza su cacería sobre una presa desconocida que termina siendo un extraterrestre altamente evolucionado. En un enfrentamiento tan feroz, solo la audacia es capaz de salir victoriosa.

¿Depredador o presa? De vuelta a las raíces de la saga 

A diferencia de las entregas anteriores que tenían de protagonistas a actores de trayectoria, “Depredador: La Presa” rompe el molde con Amber Midthunder. La nueva protagonista es una joven actriz más ligada a las series de televisión. Midthunder introduce a una guerrera (Naru) menospreciada por los demás cazadores, pero cuyo crecimiento por sus propios méritos la convierte en una verdadera heroína. De hecho, los primeros minutos del film se centran en ella y en su papel dentro de la tribu. Esto construye una base sólida que sostiene lo que está por venir.

Algunos pensarán que la película tarda en arrancar, pero lo que en realidad sucede es que de a poco nos vamos familiarizando con la cultura de los comanches y su manera de cazar. De hecho, ese trabajo de ambientación se convierte en el centro de atención de la película. Los escenarios le dan identidad propia a la trama, que se toma su tiempo para poner en primer plano al depredador. A este, además, se le nota el salto en el tiempo, pues no tiene una tecnología tan avanzada como en las otras entregas.

En esta ocasión, la criatura quizás peca por su poca experiencia, y no es para menos cuando hablamos de una historia ambientada en 1719. En este punto, es Naru la única que parece darse cuenta de esas extrañezas, por lo que decide sacar a relucir ese talento innato de cacería para dar con el paradero de esa bestia desconocida. Al final, el solvente uso de la narrativa sirve a la perfección para que tenga sentido el esperado duelo entre cazador y presa con muy buenas secuencias de acción.

A su vez, vale destacar que Trachtenberg buscaba regresar a las raíces de la saga, a su esencia, y eso es lo que logra con la sensación de lucha por la supervivencia y de aislamiento de un personaje que transita entre cazar y ser cazado. El montaje, manejo y ejecución de toda la obra va en sincronía. Esto permite que el suspenso también sea determinante y no solo se trate de una simple matanza.

Por otra parte, la película flaquea con el poco desarrollo de los tramperos europeos, quienes terminan siendo la “carne de cañón” predecible. No obstante, la participación de estos dejó en claro cómo este tipo de sujetos eran capaces de destruir ecosistemas enteros al cazar búfalos y dejarlos pudrirse sin piel bajo el sol, o al maltrato sobre otros grupos étnicos solo por ser distintos a ellos.

En resumidas cuentas, “Depredador: La Presa” es una película hecha con corazón y ambición que nos deja una experiencia distinta a lo visto en las últimas entregas de la saga. Mientras unos aseguran que es lo mejor desde la cinta ochentera, otros ya afirman que es el comienzo a nuevas historias. Y es que el cine no solo necesita ver más de este depredador, sino también de contar con heroínas audaces y fuertes como Naru.

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